Cuantas veces un café lo es todo
La mejor compañía para noches de soledad
La vida que nos reanima cuando la tristeza llega
La mejor escucha de mis soledades
Y el mejor cómplice de todos mis poemas…
Si, a el le debo el despertar en las mañanas
Para dejar de soñar con imposibles
Y volver al mundo real que me grita
Que soy lo que soy y no lo que sueño ser…
Negro como la noche que me cubre
O como las esperanzas de ser feliz
Ya ni se si estoy loca o de locura ya me perdí...
Más hoy solo un café me acompaña
En esta mi eterna espera
De no entender que hago ya aquí¡¡¡¡
Jacqueline Trujillo M.
2 comentarios:
Bello, comparto, para disfrutar un café, debemos tener nuestros sentidos únicamente en el momento. Tomar a ese compañero, con la calidez de la taza, percibir el aroma y porque no, apreciar su delicadeza. Abstraerse del pasado y no pensar en el futuro, cualquiera de esas cuestiones nos sacará el poder disfrutarlo. Hasta que sin darnos cuenta habrá desaparecido, y nos dejará un sabor a poco. Curioso, lo mismo sucede con la vida.
Es el mejor comparativo al amor, suele ser fuerte, dulce, en soledad o en compañía, pero eso sí ... nunca frío, curioso también.
Me encantó, mirá todo lo que he escrito... disculpas.
Un cariño
Juan
Que bella descripción de mis letras hechas de café en tu pluma... y si, así es la vida y el amor, así es todo lo que nos rodea o pensamos que nos rodea.. te invito a que te tomes una taza de café y que tu pluma grite poesía... Gracias por tu gentil visita, te mando un abrazo con afecto...
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